2016 inicia con el inicio de enfrentamiento directo entre las dos mayores potencias regionales del Medio Oriente y del mundo árabe y musulmán, Iran y Arabia Saudita, a raíz de la ejecución de uno de los líderes shiitas mas radicales y contrarios a la monarquía saudita, Sheikh Al Nimr, así como a varios miembros de la minoritaria comunidad shiita residente específicamente en la provincia del Este del Reino de Arabia Saudita, y que desde hace algún tiempo ya han venido manifestandose y protestando en demanda de mayores derechos politicos y civiles a la monarquía de la Casa de Al Saud al mando del recientemente estrenado Rey Salman, quien ha asumido una política exterior agresiva en la region y de reafirmacion del poder saudita frente a su mas acérrimo rival, Iran, en medio de una confrontación sectaria por el control del liderazgo islámico entre las facciones sunnitas y shiitas que representa la mayor amenaza a la estabilidad de la region.
Ya esta confrontación se ha venido reflejando en diversos escenarios y países como Irak, Libano, Bahrein, Siria, ademas de en Yemen, en donde a traves del financiamiento de grupos y organizaciones tanto de corte sunnita como shiita, tanto la monarquía saudi como la administración del presidente Rouhani de Iran se han venido enfrentando de forma directa y con saldo cruento de muertos y heridos principalmente de civiles, y que en estos momentos se presenta en su forma mas directa y amenazante de lo que se pueda conocer hasta los momentos y que inclusive representa una amenaza a la estabilidad casi eterna del Reino de Arabia Saudita, toda vez que la irredenta minoría shiita residente en la denominada Provincia Oriental ha intensificado y aumentado sus acciones de protesta incluso hasta acciones violentas contra la monarquía saudita, y de la cual se ha especulado y sospechado que estarían recibiendo financiamiento por parte de Iran con el fin de acentuar la inestabilidad en el reino mayor productor de petróleo del mundo e incrementar la posibilidad de la caída de la elite de los Al Saud, dinastía gobernante desde hace décadas en el país.
Es importante resaltar en este marco de enfrentamiento que uno de los principales puntos que aumentaron los recelos y la necesidad por parte del rey Salman fue la firma del acuerdo nuclear por parte de Estados Unidos con Iran y la Union Europea ademas de la participación de otros países como Rusia ademas de pequeños actores regionales del Golfo como Oman que han aumentado su participación en la dinámica regional en su rol como mediador en los diversos conflictos que azotan la region mas importante desde el punto de vista geopolítico y geopetrolero a nivel mundial. Ademas para Arabia Saudita existen otros factores como el apoyo irrestricto de Iran a su aliado principal en la region como el Presidente Bashar Al Assad a quien la monarquía busca destronar por cualquier medio por su inclinación religiosa alawita, cercana a la religiosidad shiita, a quien ademas apoya Rusia con quien igualmente Riyadh mantiene serias diferencias al respecto así como en torno a la dinámica del mercado petrolero internacional y contra la cual mantiene desde finales del 2014 una guerra de precios petroleros para afectar su economía así como la de su acérrimo rival, Iran.
Ademas se deben tomar en cuenta los diversos intereses geopolíticos de actores externos como Estados Unidos, Rusia así como de otras potencias regionales como Turquia (aliada estrecha del Reino de Arabia Saudita) así como de Egipto (igualmente con alianzas con el Rey Salman y de quien ha recibido grandes financiamientos) y que han sido determinantes en la dirección que ha tomado esta confrontación de alta sensibilidad y complejidad étnico-religiosa y que podría desembocar en un rediseno de la cartografía regional y con impacto directo en los mercados petroleros internacionales, de ser impactada de forma determinante la producción petrolera tanto en Arabia Saudita como en Iran , donde se teme cualquier posibilidad de acciones o atentados terroristas por parte de grupos extremistas tales como el ISIS (Estado Islamico, de corte sunnita) así como por parte de cualquier otro grupo extremista de corte shiita como el Hezbollah, con mayor presencia en Libano y Siria.
Еn este sentido, y en un escenario de una alta sensibilidad y complejidad religiosa que sirve de caldo de cultivo para un mayor estallido regional, cualquier acción por parte de actores externos corre el riesgo de falta de calculo y análisis de este tipo de complejidad, donde Estados Unidos no se encuentra en su mejor posición en la region, reflejando posturas vacilantes e indecisas y donde sus alianzas tradicionales ya no son las mismas mientras que Rusia, a pesar de que ha venido desplazando a Washington como principal potencia a raíz de sus intervenciones en Siria para destronar a ISIS, corre el riesgo de verse involucrado en una confrontación sectaria de consecuencias incalculables para la region.
Y en cuanto a las implicaciones para la OPEP y el mercado petrolero internacional, por tratarse de los dos principales productores petroleros y de gas natural en el caso de Iran, de continuar agravandose estas tensiones, en el seno de la OPEP se pueden acentuar las divisiones, enfrentamientos y falta de cohesion al momento de toma de decisiones mas de las ya existentes y se puede incluso llegar al escenario de supresión del organismo ya que actualmente existen dos grupos enfrentados por temas de precios y estrategias precisamente liderados por ambos países, mientras que en cuanto a impactos en los precios petroleros, a pesar de que aun no se ha visto impacto del precio del crudo a la alza debido a la existencia de una sobreoferta en los mercados, de llegar a producirse un hecho o acción de grupos terroristas a instalaciones petroleras de envergadura tanto en territorio saudita como iraní causando interrupciones prolongadas de producción a los mercados, podría producirse una escalada en los precios a corto o mediano plazo, pero que hasta los momentos no ha ocurrido esto ultimo.
Visto este panorama donde ya se han conformado alianzas en torno al apoyo a Arabia Saudita, y observandose un posible nuevo escenario de confrontación sectaria, esta vez en Bahrein, donde gobierna una monarquía sunnita cercana a la casa Al Saud y casa de la 5ta Flota de los Estados Unidos, en medio de una mayoría poblacional shiita que han venido sosteniendo protestas desde el inicio de la llamada primavera árabe en demanda de derechos politicos y la salida de la monarquía, ademas de la permanencia de la situación conflictiva en Yemen, donde grupos huthies presuntamente apoyados por Iran buscan el derrocamiento del actual gobierno apoyado por la monarquía saudita así como en Siria, donde no parece existir una solución a esta situación a corto plazo, mientras que en Libia persisten enfrentamientos entre las diversas tribus y grupos por el control del país y con el hecho agravado de ISIS presente en el país y expandiendo su control sobre los principales puertos e instalaciones petroleras, esta confrontación sectario-religiosa amenaza con trastocar de forma definitiva la cartografía y el orden geopolítico y geoestrategico no tan solo del Medio Oriente y el Golfo Persico sino de toda la masa continental eurasiática.
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